Calor, mucho calor. 8 de
febrero. El sol brillaba y mis ojos también.
Decidí acostarme en una reposera, cuando se me dio por
agarrar mi celular. Tenía un whatsapp,
pensé que era de una amiga, entonces lo abrí. El mensaje no era de mi
amiga, ni de mis viejos, tampoco de mis
primos, el mensaje era de él. Sí, él.
Después de meses sin hablar, habría vuelto. Fueron muchas
mis emociones. Lo que yo no estaría sabiendo es que tiempo después, me habría
causado el peor de los dolores, una angustia que me hacia mierda, el nudo en la
garganta más grande. Pero es muy temprano para eso. Voy a seguir relatando mi
nivel de estúpidez al ver que habría vuelto. Yo estaba convencida que el volvía
con amor, con mucho amor, que jamás me lastimaría, y nunca me olvidaría; pero
estaba equivocada, muy equivocada. Igual me comprendo, no es fácil darse cuenta
con esas miradas que me iba a matar así, ( y digo matar, matar de angustia, no
matar de amor).
No sé si me quiso, tampoco sé si me quiere, o si en un
futuro me querrá. Lo que sí sé, es que tengo mucho amor para él, aunque no
puedo quererlo… Bueno, sí, un poco. Un poco bastante.