miércoles, 9 de diciembre de 2015

Su sonrisa.

Vieja, que placer es ver su sonrisa. Sus hoyuelos. 
Créanme, en lo más profundo de mi alma, podría estar viendo su sonrisa por horas. 
Su sonrisa me invita a seguir, me hace saber que sigo por él. Que satisfacción me da verte y que sonrías. 
Me llenas el alma.
Sí, me llenas el alma, que buen piropo. ¿Saben lo importante que es llenar el alma de alguien? Ponete a pensar quién te llena el alma, y seguro son cinco o seis personas. Quién te llena el alma se cuenta con los dedos de la mano, estoy segura.
Alguien que te llena el alma es un ser de luz. Es tu aliado. (Che, no la estoy delirando), pero, es alguien que te salva entre tanta mierda, es un ser preciado que pase lo que pase está con vos, un ser que alimenta tu alma. Tu ángel. 
¿Cómo te alimentan el alma a vos? Preguntatelo. ¿Tenés respuestas? ¿Alguien te alimenta el alma? 
Me pregunté eso. El alma me la alimenta su sonrisa. Por algo, dicen que son las puertas del cielo, ¿no?
Su sonrisa me salva.



[Que tengan buenas noches. Los quiero, ustedes también me alimentan el alma. 
Mis amigas, claro, son las que más me llenan, en lo profundo. Mis amigas y su sonrisa, mis aliados. Mis ángeles. Gracias. ]

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